¿Conocéis la tabla curva? ¡Seguro que sí!, es uno de los “juguetes” de moda del momento, y ¡no me extraña !

 

Reconozco que al principio era un poco reticente a comprarla. La veía para niños más mayores y creía que Aria no jugaría con ella, que sería dinero tirado. ¡Que equivocada estaba!


 

Vamos a empezar por el principio. Para los que nos la conozcáis la tabla curva es un material de juego libre no estructurado, esto quiere decir que los niños y niñas utilizan su imaginación para jugar con ella. Y ¡vaya si la utilizan!

 

Está genial porque tiene muchísimos beneficios para los peques, el más evidente es el que tiene que ver con el desarrollo de la motricidad global, el equilibrio o la seguridad.

Uno de los usos más comunes para la tabla curva es balancearse. Aria por ejemplo, suele coger una almohada y se recuesta sobre ella. También se pone de pie para balancearse (yo pensé que se caería, pero una vez más ha vuelto a sorprenderme, y, de momento, no se ha caído nunca).

 

El balanceo en sí, es una actividad muy placentera, y que además es muy beneficiosa, ya que estimula el sistema vestibular.

       

 

A mí me encanta ver cómo Aria utiliza su imaginación para jugar con ella. De momento la tabla curva le ha servido como:

  • Puente para tirar coches y apoyar sus animales
  • Asiento
  • Cocina
  • Mesa
  • Balancín
  • Tobogán
  • Cama para sus muñecos
  • Y ¡hasta ha sido escondite!

 

Para mí la edad ideal para usarla es a partir de los niños se pongan de pie de forma estable, antes, yo particularmente no la veo muy apropiada, aunque sí que es verdad que pueden usarla para experimentar el movimiento y balancearse, siempre que tenga a alguien supervisando.

 

En definitiva, aunque yo no estaba convencida de traerla a casa, ha sido un acierto total. Es uno de los materiales con los que más juega y más se divierte.

Ahora hay varios modelos diferentes en el mercado, grandes, pequeñas, con o sin fieltro debajo… y distintas marcas.

La que nosotros tenemos no tiene fieltro, la usamos encima de una pequeña alfombra, por eso el fieltro debajo me parece una opción genial para no rascar los suelos y no estar pendiente de poner la alfombra cada vez que los peques la usen.

Aquí os dejo una opción que me encanta y que es perfecta para esta Navidad!