La llegada de Nana a nuestra casa a supuesto un antes y un después en el comportamiento de Aria.

Golfi era la perrita favorita de Aria (y la mía, para que engañarnos). Era una mezcla de ángel y demonio en un cuerpecito pequeño y regordete de Bulldog Francés.

Simpática como ella sola, tenía un instinto de protección tan grande hacia Aria que, si la escuchaba llorar venía hacia nosotros y nos “mordía” los tobillos. Era como si nos estuviera diciendo : ” como te pases, te como entera”.

Ella sabía mantener los espacios que Aria necesitaba, jugaba con ella cuando sabía que podía jugar y, cuando Aria se enfadaba con ella por robarle algún muñeco, o bien se ponía a correr por toda la casa en modo locura transitoria y le sacaba unas cuantas carcajadas, o bien soltaba sigilosamente el muñeco en cuestión y se metía en su camita como diciendo “yo no he hecho nada, estaba aquí dormida”.

Fue la primera perrita que Aria paseó orgullosa porque: “es mi perrita y no tira de la correa”  y la que se metía en la cama a escondidas con ella… (nuestra otra perrita es una Golden y Aria no puede pasearla porque tiene mucha fuerza y a la mínima la tira y si se mete con ella en la cama … tendríamos que poner cama supletoria).

Un día, llegamos a casa del cole y vimos que Golfi casi no era capaz de subir las escaleras. Nos preocupamos enseguida porque era una perra con bastante energía que subía y bajaba siempre como una loca.

Ella tenía una hernia cervical y a veces le daban crisis de dolor donde lo pasaba fatal, por eso, en cuanto vimos que estaba así, empezamos a medicarla (bajo preescripción veterinaria).

 

 

A medida que pasaban los días Golfi estaba peor. Le cambiamos  la medicación un par de veces y en vez de mejorar, empeoraba. Empezó a dejar de comer y beber y cada vez la situación se volvía más insostenible.

La perra gritaba todo el rato, estaba de pie todo el tiempo, que sumado a que no comía ni bebía, se debilitaba y se caía, por lo que gritaba aún más.

 

Aria obviamente se daba cuenta de todo y ella empezaba a estar triste. Nos preguntaba una y otra vez porque no se ponía buena, que quería jugar con ella y llevarla a pasear.

El día que Golfi murió, hablamos con Aria. Le dijimos que estaba muy malita y que tenía que irse, que nos cuidaría desde la Luna y que nosotros la llevaríamos en el corazón para siempre, y le preguntamos si quería despedirse de ella.

Fue un momento durísimo. Ver como tu pequeña se despide de su perrita diciéndole que la quiere mucho y que siempre la llevaría en el corazón, rompió el mío en un millón de pedazos.

La llevamos al cole y nosotros fuimos al veterinario.

 

Cuando fuimos a buscar a Aria al cole, lo primero que preguntó fue donde estaba Golfi. Volvimos a explicárselo con calma y parecía que lo había entendido, se la veía bastante tranquila. Llegamos a casa y Aria empezó a buscar a la perra preguntando constantemente donde estaba.

Otra vez, con más calma todavía, se lo explicamos.

Entró en un “big chicken” tremendo.

 

Después de unos días quisimos recoger las cositas de Golfi como su cama o su comedero pero  Aria se negó entrando de nuevo en corto diciendo que si Golfi venía de la Luna no iba a ver su cama y no tendría donde comer …

Hoy es el día que todavía tenemos su comedero en la puerta “para si acaso mami “, vuelve.

 

Para Aria fue un golpe muy duro, lloraba constantemente preguntando el porqué se había tenido que ir. Durante todo este tiempo, Papá y yo hablamos con ella mucho, muchísimo, explicándole en todo momento que era lo que estaba pasando, pero ella seguía muy muy triste ( normal porque nosotros aunque tratábamos de poner nuestra mejor cara, estábamos tristes también ).

Leímos un montón de veces los cuentos  El hilo invisibleEl mar lo vio , que a ella le gustan muchísimo y parecía que la hacían sentir mejor, al menos durante un rato.

El hilo de estos cuentos es perfecto para este tipo de situaciones. A nosotros por lo menos, nos han ayudado bastante.

 

Un día, estaba llorando por Golfi cuando la abuela le dijo ¿ A ti te gustaría tener otro perro ? Claro, ella inmediatamente dijo que sí, entonces su abuela le dijo :

_ ” Para cuando cumplas los 3 años, traemos otro perro ”  , pobre ingenua 😂 !

A partir de ahí Aria empezó a decir que íbamos a tener otro perro, y que su perrito nuevo no iba a estar malito como Golfi… Incluso lo contó en el cole antes de que nosotros tuviéramos alguna decisión tomada.

Después de hablar con ella y preguntarle si querría tener otro perro de verdad, si lo cuidaría y todas esas cosas que los papás preguntamos cuando vamos a por una mascota y que sabemos que, aunque nos digan a todo que si, no se van a cumplir …  Decidimos buscar un nuevo amigo de cuatro patas.

 

Si algo teníamos claro es que tendría que ser un cachorro, ya que, seguramente un perro adulto no aguantaría los vaivenes que le daría Aria.

Buscamos primero en todas las protectoras y refugios y no encontramos nada, salvo en una, pero nos dijeron que tenían una larga lista de espera. Decidimos entonces buscar algo más, estudiando las razas y sus características, y dimos con Nana.

Nana es una preciosa perrita de aguas que ahora tiene casi 3 meses. Es una cachorra gamberra, que muerde todo lo que pilla y va dejando su huella en forma de pises por toda la casa 🤦‍♀️ ( la vida de cachorro ).

Al principio Aria estaba totalmente entusiasmada con Nana, tanto que agobiaba a la pobre perra de tanto cogerla en brazos y llevarla de aquí para allá. Se acostaba con ella en su camita, le daba un montón de mimos y estaba contenta de tener otro perrito, hasta que Nana empezó a actuar como un cachorro.

¿ Y como actúan los cachorros ? Mordiendo todo, robando todas las cosas que encuentra a su paso y haciendo pis y caca por toooda la casa ( y eso que tenemos jardín y baja como unas 200 veces)

Aquí empezó la “fiesta”.

 

Nana quiere jugar con Aria, por lo que la persigue para morderla, Aria escapa de Nana porque la muerde, y empieza a llorar y a gritar porque Nana, va detrás de ella.

La perra quiere jugar y le roba una zapatilla a Aria para salir corriendo por toda la casa, Aria persigue a Nana llorando y gritando porque le ha robado una zapatilla… Y así en bucle todo el día.

Nosotros le explicamos que Nana es un cachorro, que tiene que aprender y la involucramos en la educación de la perra. Todo va bien hasta que la perra empieza a morder de nuevo ( que es todo el rato, claro ).

Hace unos días, de vuelta de la piscina, Aria me dijo :

  • ” Mami, ¿ tu te acuerdas cuando yo era pequeñita y Golfi me cuidaba ? “
  • Si, cariño, ¿ Por qué ?
  • Porque quiero que Nana se vaya a la Luna y vuelva Golfi.

 

De piedra me quedé.

 

Esa misma semana de camino al parque, se puso a llorar mucho diciendo que echaba mucho de menos a Golfi y que quería que volviera, que Nana no le gustaba nada porque la mordía y le cogía sus cosas y que Golfi eso no lo hacía, que Golfi la cuidaba.

Y a mi se me rompe el alma.

 

Ayer nos cruzamos con una pareja que llevaba un perrito, Aria se paró con el perro ( como con los 800 que se encuentre en el camino ). La pareja se puso a charlar con Aria preguntándole si ella también tenía perros, y ella contestó :

  • ” Tengo a Nana, que es un bebé y me muerde, A Murri que ladra tooodo el rato pero es muy buena y a Golfi que está en la Luna y yo la quiero mucho “

 

No sé si la decisión de traer a Nana a casa fue un poco precipitada, lo cierto es que a veces pienso en que hubiera sido mejor haber esperado un poco más. Sí que a Aria le gusta mucho Nana, y la quiere, por supuesto, pero creo que al traer a un cachorro tan pronto a casa, ella se da cuenta de todo ” lo que tenía ” con Golfi y que Nana ( obviamente porque es un cachorro ) no le da.

 

Ahora todavía tienen que acostumbrarse la una a la otra, conocerse y poco a poco espero que su relación pueda parecerse a la que tenía con Golfi, o que sea incluso mejor.

 

 

Han pasado 2 meses desde que Golfi no está y Aria la sigue recordando cada día. Todas las noches al irnos a la cama mira a la Luna y le dice :

-” Buenas noches Golfi ” .

 

Así que no, la llegada de Nana a casa no ha hecho que Aria olvide a Golfi ni siquiera un poquito.

 

” No hay nada que se pierda del todo, si lo guardas dentro de tu corazón “

 

* El mar lo vio .